El caso Demichellis de Francisco Marín es un claro ejemplo de novela auto-publicada con una gran acogida por parte del público. Como lo vi durante varias semanas seguidas encabezando las listas de los más leídos, me decidí a descubrir qué había en aquella novela que tanto la hacía triunfar.
Esta novela de género policiaco se desarrolla en las calles y los juzgados de Ibiza durante un invierno, mostrando una imagen de la isla muy distinta a la que estamos acostumbrados. Me atrapó desde las primeras páginas gracias a una lectura ágil y rápida. A medida que iba avanzando en la novela, pude percatarme de que el autor, además, se había documentado muy bien sobre los temas de los que hablaba y los explicaba a la perfección sin resultar para nada tedioso. Aunque la trama en ocasiones era un poco predecible, estaba muy bien ligada.
Aquí va la sinopsis:
Eduardo Ribas es juzgado y condenado por el homicidio de una enfermera (Ana López Demichellis). Ni Raúl Ballesteros, un prestigioso abogado políticamente incorrecto, ni la hermana de la víctima (Raquel), una bella y sensual joven, están convencidos de la culpabilidad del hombre que acaba de ser condenado. Ambos deciden contratar a un extravagante detective pero dotado de grandes facultades deductivas para intentar esclarecer los hechos.
Una vez iniciada las investigaciones, la primera circunstancia que llama la atención del detective (Álex Zarco) es el hecho de que el último paciente de Ana, enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos, fue un hombre tiroteado.
Dos crímenes violentos en una isla tranquila como Ibiza en invierno parecen demasiada coincidencia. ¿Tendrán alguna relación o será pura casualidad?
Me pareció muy interesante la forma de desarrollar los personajes. Aunque los dos protagonistas me parecieron un poco más estereotipados, la figura del detective me encantó y me resultó muy original, con claros, oscuros y secretos.
No suelo hacer críticas negativas de lo que leo porque, en mi opinión, toda lectura es positiva y enriquecedora de un modo u otro. Sin embargo, en este caso debo hacer una excepción y es que hubo un detalle que no me gustó nada. Se trata de la aproximación que hace respecto a la ley de igualdad de género. No sé si el autor se escudó en un personaje políticamente incorrecto como es el protagonista para dar su visión real sobre el tema de la ley contra el maltrato pero, de cualquier modo, creo que la literatura y la cultura son herramientas para concienciar a la sociedad sobre este tipo de problemas, no para entrar en debate sobre si la ley es demasiado dura con los hombres y laxa con la mujer en el caso de cometer el mismo delito. La ley debe proteger a la víctima y si la ley es así, es por algo, y es que, lamentablemente, la mayoría de veces que se produce una denuncia es por un maltrato real de un hombre hacia una mujer (y no a la inversa). No hace falta más que mirar las estadísticas.