Esta semana he estado de viaje y he aprovechado las horas de vuelo para leer la novela titulada Un bonsái en la Toscana, publicada en 2015 por Isabel Keats. Debo reconocer que, como lectora, no suelo tener punto medio. Un libro me encanta y lo devoro o me aburre y lo abandono. Por suerte, este fue del primer grupo. Así que pasé un viaje de lo más entretenido metiéndome en las vidas de Robert Gaddi, un científico un tanto borde y malhumorado, pero con uno de esos atractivos innatos y Lian Zhao, una especie de flor delicada e inocente con una guerrera intrépida en su interior.
Todo empieza cuando Robert está a punto de hacer un revolucionario descubrimiento para la ciencia que pone en juego demasiados intereses. Después de un atentado contra su vida, su jefe y amigo Charles Cassidy le obliga a contratar un guardaespaldas, que será Lian Zhao, una misteriosa mujer menuda y con pinta de adolescente que resultará ser experta en artes marciales. La tensión entre ellos surgirá desde el primer momento y se irá transformando en algo más gracias a una convivencia forzosa y a la curiosidad que sentirán el uno por el otro mientras tratan de descubrir los misteriosos orígenes de Lian y quién está detrás de los intentos de asesinato de Robert.
El ritmo de la narración es trepidante y debo confesar que me tuvo enganchada de principio a fin. Los personajes están bien definidos y son bastante coherentes en sus acciones, aunque en algún momento tuve la sensación de que la trama se repetía un poco. Pero por lo demás, es una novela entretenida y que recomendaría leer para pasar un buen rato.
La autora ha sido finalista del premio literario de relato corto Harlequin por una novela que me pareció que tenía una temática muy similar a esta, se titula El protector. Sin duda, la leeré algún día.