Hasta no hace mucho, las novelas policíacas no solían llamar mi atención, pero gracias a varias recomendaciones de familiares y amigos leí la famosísima novela de Dolores Redondo, El guardián invisible, y me enganchó e inquietó a partes iguales. El resultado fue que empecé a adentrarme en este género y me está encantando. Así que me decidí a leer un nuevo thriller, en este caso, Póker de asesinatos, de Ager Aguirre, que fue finalista del Premio Literario de Amazon de 2018.
La trama está muy bien llevada de principio a fin. Trata sobre un oficial de la Guardia Civil y una inspectora de la policía que se ven obligados a trabajar juntos para resolver los crímenes de un asesino en serie al que la prensa apodado como Killer Cards. Rápidamente me metí en la historia y a cada paso que daban sus protagonistas, sospechaba de un personaje distinto. La historia cada vez me tenía más desconcertada y solo empecé a atar cabos a pocas páginas del final. Así que puedo decir que, por primera vez en mucho tiempo, un desenlace ha conseguido sorprenderme. La verdad es que la trama tiene un montón de giros inesperados que te atrapan desde el primer momento.
Los personajes están muy bien creados. Es fácil identificarse con sus debilidades y, en muchas ocasiones, sentir lástima por sus atormentadas almas. El entorno que los rodea es misterioso y, en cierto modo, Aguirre ha conseguido meterme en el mundo de neblinas y oscuridades que recreó con maestría Redondo en El guardián invisible.
Es una lectura que te deja muy buen sabor de boca, entretiene y está muy bien narrada. Sin duda, lo recomiendo.