La mayoría no nos podemos permitir un editor que revise nuestros textos. Lo cierto es que esta es una figura a menudo olvidada, pero cuya labor es de suma importancia. Un editor nos ayuda a tomar distancia respecto a lo que hemos escrito y nos hace verlo desde otras perspectivas. De esta manera, podemos localizar partes de nuestras novelas que quizá no se entiendan tan bien cómo pensábamos o detectar deficiencias de estilo o algunas redundancias. También puede que haya faltas de tensión en algunas partes de la trama o incoherencias en los personajes. Un editor nos ayudaría a ver todo esto, además de hacer una exhaustiva revisión ortotipográfica.
Sin embargo, lo más probable es que, si estás empezando, no te puedas permitir el lujo. Así que aquí van algunos consejos para que tu libro tenga un acabado profesional y puedas ofrecer un texto de calidad a tus lectores:
- Pon distancia con el texto: Al finalizar el primer borrador de tu novela, la satisfacción es enorme, pero también lo es la falta de objetividad. Estás tan metido en la historia que te será casi imposible localizar errores, incoherencias o partes que sobren o falten en la trama. La mejor solución para esto es el tiempo. Deja tu novela en barbecho unas semanas, incluso, si puedes, un par de meses. Cuando la leas de nuevo, te darás cuenta de muchísimas cosas que antes te habrían pasado por alto, ya que ese tiempo te habrá dado la objetividad y la distancia que necesitabas para acabar de redondear tu libro.
- Revisa tu texto las veces que haga falta: Cuando estamos en un arrebato de creatividad tendemos a escribir deprisa y, en ocasiones, se nos cuelan errores tipográficos o ortográficos. Es muy importante releer el texto con atención para asegurarse de que no hay este tipo de errores, ya que suelen dar muy mala impresión en el lector. Es probable que, cuando leas tu novela la primera vez, encuentres montones de fallos. Corrígelos y vuelve a leerla de nuevo. Te aseguro que encontrarás más y pensarás: ¿cómo no he podido verlo antes? Repite el proceso de revisión hasta que estés satisfecho con el resultado. Esta fase puede llevar tiempo y puede ser algo pesada, pero tus lectores lo agradecerán y la sensación de profesionalidad será mucho mayor.
- Busca incoherencias: A veces estamos tan pendientes de los diálogos o las situaciones a las que se enfrentan nuestros personajes que sin querer dejamos de lado algunos detalles de la narración. Es lo que en el cine se llama fallo de raccord. Es decir, cuando se rompe la continuidad de algún detalle. Por ejemplo, quizá un personaje tenga los ojos azules en el primer capítulo de la novela y después, en un momento de lapsus, se los hayamos cambiado a verdes. ¡Pon atención a estos pequeños deslices y el resultado será mucho mejor!
- Deja que alguien de confianza lea tu historia: Cuando ya hayas revisado tu novela teniendo en cuenta todos los puntos anteriores, sería buena idea que se la dejaras leer a alguien de mucha confianza, alguien que sepas que será completamente sincero. Al no tener un editor, serán estos amigos o familiares los que te podrán advertir sobre alguna falta ortográfica que se te haya pasado o sobre alguna incoherencia que no hayas visto todavía. Haz una última revisión con todos los gazapos que te hayan reportado. Escucha también sus opiniones sobre los personajes y la historia y cambia lo que consideres necesario, pero no te dejes influenciar demasiado. Cada uno tiene sus gustos y en el fondo es tu novela, asegúrate de no perder tu esencia.